EL ÉXODO SE REALIZO EN DOS DIMENSIONES:




PRIMERO EN LA CONCIENCIA.
Estos grupos descubrieron el valor de la libertad y que por lo tanto debían iniciar procesos que los condujeran a ella; de esta manera le estaban quitando validez en sus conciencias al proyecto opresor del faraón.


EN LA CONCIENCIA ACTUA DIOS
La experiencia de Moisés en Horeb, es la experiencia del hombre que toma conciencia de sí, de su realidad, descubriendo en ella a su Dios que le muestra su vocación a la libertad. (Ex 3ss)


SEGUNDO. SE PONEN EN MARCHA HACIA LA LIBERTAD.
El Éxodo se verifica en la historia: Muchos grupos se rebelaron contra el poder opresor egipcio y se marcharon a las montañas de Canaán saliéndose de su sistema opresor, negándole históricamente toda valides.


SIGNIFICADO DEL DESIERTO


Los israelitas que salieron dado que habían permanecido tanto tiempo en Egipto, tenían una conciencia todavía contaminada con las características del proyecto faraónico.


Vemos como durante la travesía del desierto reniegan contra Dios, contra Moisés, adoran otros dioses. Ex 32,1-6.


A la orden de no acumular maná, algunos acumulan y se les pudre (16,16-20).
El mismo Moisés como un pequeño faraón quería resolver solitariamente todos los problemas de la comunidad, hasta que su suegro Jeftró le recomienda que delegue funciones para administrar más democráticamente la comunidad. (18,17-23)
Los cuarenta años que demora el paso por el desierto, simboliza la necesidad que ve Dios de dejar pasar una generación antes de entrar a la tierra prometida, pues la conciencia del pueblo sigue alienada, repiten los vicios de quienes los oprimían en Egipto. Ex 14,10-12; 16, 1-3;


Estaba tan impregnada la ideología faraónica en los que salieron de Egipto, que ninguno de ellos, ni siquiera Moisés entraron a la tierra prometida.


Vinieron a entrar sus hijos, los que tenían una conciencia nueva, impregnada del proyecto de Dios. Por esto, el desierto simboliza el lugar de la toma de conciencia, de la conversión, de la libertad, de la consolidación de una opción por el proyecto de Dios.


El desierto es una realidad llena de ambigüedades. En él se da tanto el enamoramiento más bello entre Dios y su pueblo, Como la traición más inexplicable al amor pactado (Becerro de Oro).
El desierto, en definitiva es esa situación muchas veces no definida de la conciencia.


Es expresión del espíritu en pleno ejercicio de su libertad y de su autonomía.
Libertad y autonomía que hacen correr el riesgo de decirle un sí o un no  a la gracia o al pecado, a Dios o al espíritu de Mal, a la Ley o al libertinaje, a Yahvéh o al Becerro de oro, a Egipto o a la Tierra prometida...



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